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La mano dura de Starmer con la migración desgarra a la izquierda británica
El Gobierno laborista presenta las nuevas medidas como una “misión moral” para frenar el avance de la ultraderecha

Keir Starmer se dirigió el pasado 30 de septiembre a los miembros del Partido Laborista en el congreso de Liverpool para convocarlos a una lucha “por el alma del país”, frente al enemigo que representa la ultraderecha de Reform, que lidera Nigel Farage. Anunció entonces decisiones “con las que no siempre se sentirían cómodos los afiliados”, en referencia a la cuestión que hoy desgarra a la izquierda británica: el control de la inmigración irregular. Solamente aquel día, llegaron 531 personas más a las costas inglesas después de atravesar el canal de la Mancha.


















