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Solo aparece unos minutos en una de las mejores escenas de la historia del cine, pero fue suficiente para que Spielberg le fichara para su clásico de aventuras
O cómo se relacionan dos películas tan diferentes como Instinto básico y Parque Jurásico


El célebre descruce de piernas de Sharon Stone en Instinto Básico se consolidó como uno de los momentos más subversivos y analizados de la historia del cine moderno.
La secuencia, central en el thriller erótico de 1992 dirigido por Paul Verhoeven, permanece como un hito de la iconografía cultural. En ella, el personaje de Catherine Tramell, la principal sospechosa de un brutal asesinato, es sometida a un riguroso interrogatorio por parte de detectives masculinos en San Francisco.
Stone, ataviada con un traje de seda blanco de corte minimalista, utiliza el vestuario y su corporalidad para manipular la dinámica de poder de la sala. La escena capitaliza la tensión sexual y psicológica, mientras la guionista de novelas policiacas se burla de sus inquisidores mediante una demostración calculada de impunidad.
El momento de la provocación se produce cuando Tramell, con una frialdad notable, descruza sus piernas, revelando de forma deliberada que no lleva ropa interior. Esta acción fue el punto más discutido del film en su estreno, definiendo la naturaleza desafiante y cínica del personaje.
A más de tres décadas de su lanzamiento, el clip continúa siendo diseccionado por críticos y audiencias. Representa un estudio sobre el control, la sexualidad explícita en el cine mainstream de principios de los noventa y la forma en que el guion utilizó el cuerpo femenino como herramienta de distracción y subversión narrativa.
Instinto Básico catapultó la carrera de Stone y solidificó a Verhoeven como maestro del cine de provocación, dejando un legado que excede el género policial.
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