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Trump asegura que la paz en Ucrania está cerca, pero Rusia apunta a lo contrario
Zelenski espera que al presidente de EE UU se le agote la paciencia con Putin mientras su ejército se prepara para más años de guerra
La diplomacia internacional constata el estancamiento de las conversaciones para Ucrania, reflejando un patrón histórico de expectativas frustradas en la política rusa.
Los esfuerzos por establecer una mesa de diálogo efectiva que ponga fin a la guerra en Ucrania enfrentan una persistente falta de resultados, generando un clima de frustración entre los actores internacionales. A pesar de las cumbres y las rondas de negociación, las posturas de Moscú y Kiev se mantienen distantes, impidiendo cualquier avance significativo hacia un armisticio duradero.
Esta sensación de retroceso y de expectativas no cumplidas evoca referencias históricas dentro de la política rusa. Expertos en asuntos postsoviéticos recuerdan los famosos aforismos del ex primer ministro Víktor Chernomirdin, conocidos como las chernomirdinki, que resumían la brecha entre la intención política y la realidad.
La frase «Queríamos lo mejor y acabamos como siempre» se ha convertido en una analogía para describir el panorama actual de la diplomacia sobre Ucrania. El optimismo inicial sobre posibles acuerdos se disuelve sistemáticamente ante la rigidez de las exigencias territoriales y de seguridad de ambas partes involucradas en el conflicto.
La comunidad internacional observa con creciente preocupación que las negociaciones han pasado de buscar una paz concreta a gestionar simplemente la prolongación del conflicto, confirmando que las ambiciones de seguridad nacional superan la voluntad de compromiso mutuo. La situación actual confirma que la resolución diplomática queda supeditada a los vaivenes en el campo de batalla.
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