Actualidad
El Brasil de Bolsonaro y el Faroeste Fascista
24 de outubro de 2022
Bruno Lima Rocha (@estanalise)
En la tarde del domingo 23/10, el exdiputado nacional Roberto Jefferson fue baleado por un equipo de la Policía Federal (PF) luego de recibir voz de prisión en su domicilio en el sur del estado de Río de Janeiro. El exabogado penalista y aliado estratégico de Bolsonaro estaba en posesión de dos fusiles y granadas de fragmentación, lanzados por el criminal de élite contra un delegado y unagente, hiriendo a ambos. La negociación fue igualmente absurda, siendo mediada por el falso Padre Kelmon – el candidato que vino a reemplazar a Jefferson en la primera vuelta de la campaña a la Presidencia. El final, aún más ridículo. Con la casa rodeada, el agente encargado de su “captura” utiliza la técnica de confraternizar con el agresor a la hora de negociar la rendición.
El exparlamentario de 69 años estaba acompañadode simpatizantes em el hogar y difundiendo en las redes sociales y vehículos de extrema derecha (como la audiencia de la Jovem Pan) a través de la práctica comunicacional, terminó convocando a los apoyadores locales. Uno de ellos, por cierto, agredió a un reportero cinegrafista de la filial local de la Rede Globo, causándole graves lesiones corporales al trabajador. Es importante recordar que Jefferson se encontraba bajo arresto domiciliario y por orden del Supremo Tribunal Federal (STF), se decidió su traslado a un centro penitenciario. El líder del PTB cavó su propia prisión días antes, cuando insultó con términos inéditos a la ministra del Tribunal Supremo, Cármen Lúcia, impugnando su voto a favor de combatir las fake news.
Además del trato policial desigual, ¿qué se reveló en esta ópera bufa? ¿Ocultar el anuncio del actual ministro de Economía, Paulo Guedes, de que si Bolsonaro es reelegido, cambiará el índice de corrección del salario mínimo, reduciendo el poder adquisitivo en un 10% anual? ¿Ocultar el segundo movimiento, que sería capitalizar la Seguridad Social, aplicando el modelo jubilatorio chileno en Brasil? Entonces, ¿cuál sería el objetivo? ¿Crear un martirio del criminal Roberto Jefferson, respondiendo con fuerza letal al ataque de quienes recibieron una voz de prisión? ¿O radicalizar las fuerzas policiales, con el riesgo real de que Jefferson asesine a un agente federal? ¿Quizás aún más dramático, con un asedio ofensivo a la residencia, que culminaría en una invasión táctica podiendo resultar en la transmisión del suicidio del neofascista en la televisión nacional y en las redes sociales de extrema derecha?
Lo cierto es que cualquier persona acusada de un delito, caso tenga origen negro y residente en la periferia y comunidades pobres, en la mayoría de los operativos policiales, recibe un nivel de
letalidad mil veces mayor. También es correcto pensar que a menos de una semana del balotaje
entre Jair Bolsonaro y Lula, se están utilizando todos los recursos del Juego Real de la Política. Los ataques electorales o el malestar social derivado del terrorismo oficial o de extrema derecha no son nada nuevo en la historia de Brasil. El verdadero juego es el uso total de instrumentos de influencia, legales o no, veraces o mentirosos (de ahí la investigación de fake news), violentos o de tipo psicosocial. Esa receta está en los manuales y la manipulación de corazones y mentes a través de algoritmos programados conforma la versión actual de posibles autogolpes. El Faroeste Fascista es la versión popular de la ofensiva política del bolsonarismo. Las amenazas son reales y la capacidad de reacción de la militancia debe proyectarse desde la perspectiva de los agresores, entendiendo que la extrema derecha puede ir mucho más allá de cualquier control legal.
Bruno Lima Rocha es politólogo, periodista y profesor de relaciones internacionales
( [email protected] / estrategiaeanaliseblog.com)
link de la ilustracción: https://www.poder360.com.br/eleicoes/propaganda-de-lula-cita-caso-
jefferson-violencia-bolsonarista/