Economía
El foco vuelve al dólar en las últimas dos ruedas del año y el mercado palpita el debut del nuevo esquema de bandas
El Banco Central inicia un nuevo ciclo de acumulación de reservas con el tipo de cambio ajustado a las expectativas de inflación.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) puso en marcha una modificación sustancial en su política cambiaria, implementando un régimen de flotación administrada con bandas que se ajustarán periódicamente en función de la dinámica inflacionaria proyectada. Esta medida apunta a acelerar el ritmo de acumulación de divisas internacionales, un objetivo prioritario para fortalecer el balance de la autoridad monetaria.
El nuevo esquema busca establecer una paridad cambiaria más sostenible y predecible, permitiendo que el deslizamiento (crawling peg) del dólar oficial esté más alineado con el incremento de los precios internos y menos dependiente de intervenciones puntuales. De esta manera, se intenta reducir la brecha con las cotizaciones financieras y el dólar paralelo.
Fuentes del organismo indicaron que la necesidad de este cambio radicó en que el ritmo de devaluación previa había quedado rezagado frente a la inflación real, lo cual impactaba negativamente en las liquidaciones de exportadores y generaba presión sobre el mercado de futuros. La señal emitida es de mayor flexibilidad para evitar futuros saltos bruscos.
La implementación exitosa de esta estrategia dependerá de la capacidad del BCRA para mantener tasas de interés reales positivas y controlar la expansión de la base monetaria. La acumulación sostenida de reservas es vista por los analistas como el principal ancla de confianza para descomprimir las expectativas devaluatorias en el mediano plazo.
Este movimiento reafirma la intención oficial de avanzar hacia un tipo de cambio real multilateral que promueva la competitividad sin generar una espiral inflacionaria adicional, manteniendo la cautela sobre la velocidad del drenaje de pesos del sistema financiero.
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