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El pulso de los jóvenes amenaza al poder en Perú
La generación Z, uno de cada cuatro electores, es la cabeza de las protestas contra un sistema podrido

El padre de Jean Villanueva es cobrador de una combi en Lima, una de esas camionetas que avanzan entre bocinazos y miedo. Es uno de los blancos de las mafias que extorsionan a cobradores y choferes, aquellos que, como tantos otros, salen de casa cada día sin saber si volverán. Cunde el pesimismo y el hartazgo en Perú, pero Villanueva, un contador de 29 años, prefiere no esperar a que el país cambie solo. Ahora él grita. Aprieta los puños. Siempre en primera línea. Está convencido de que los jóvenes peruanos son los únicos que pueden devolver la esperanza. Su generación, la que llena las calles de ciudades de todo el mundo, se ha cansado de esperar.



















