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“Feliz día… pero decímelo a la noche”

Por El Chueco Paz
A esta altura, ya lo saben: no me gusta recibir saludos por el Día del Periodista antes de que termine el día. Porque esta profesión —como tantas otras que se hacen con el cuerpo, el alma y el lomo cansado— no se ostenta. Se honra. Y se respeta, en todo caso, por lo que uno hace, no por lo que uno dice que es.
El 7 de junio no es un desfile de egos. Es una trinchera de palabras. Por eso agradezco los saludos, los abrazos virtuales, las menciones con cariño, pero me disculpo si no los respondo en el momento. No es por mala onda. Es que me toca laburar. La situación económica no me permite ir a eventos, ni cenas, ni cócteles con pancito de miga y discursos llenos de humo y obsecuencia de pauta (o la falta de ella – de la pauta). Sigo eligiendo esta profesión, pero la elijo desde el barro, como cada día. Porque esto también es subsistir.
Paco Urondo lo dijo clarito, desde ese lugar donde la palabra era vida o muerte:
“A mí me insultan por Twitter, a vos te insultan por Facebook. A mí me insultaron enterrándome como NN.” (Mentira, no lo dijo, pero si viviera hoy lo postearía más fuerte en feed del más allá).
Así se mide el oficio. Así se entiende la diferencia entre la incomodidad y el sacrificio. Entre los que se la juegan y los que solo se la creen.
Y Rodolfo Walsh, que describió al mejor oficio del mundo con una máquina de escribir como fusil, no dejó lugar a dudas: “Nuestra tarea consiste en dar testimonio en tiempos difíciles, aunque se rompa todo, incluso nosotros mismos.”
George Orwell tiró la bomba cuando escribió: “El periodismo es publicar lo que alguien no quiere que se sepa. Todo lo demás es propaganda.”
“La mirada crítica, la escucha activa, la veracidad de la palabra y la responsabilidad: PERIODISMO”
feliz día!
Entonces, cómo carajos me voy a enojar o asustar cuando un par de trolls bardean en redes que de sociales tienen lo mismo que yo de pelo. O cuando un referente gran altura likea un posteo de SDN para marcar un punto, intimidar o pintar políticamente con el afán de crear confusión, con la fusión de autoritarismo, aleccionamiento y ejército comunicacional que del otro lado aún no entienden, no digieren, no reproducen y no resisten.
Elijo entonces festejar en redes, en hoteles, en salones?
NO, elijo festejar haciendo esto, con el Nik, el Pips, el Micky, el RD y el Apa, que son el humilde grupo de Las Termópilas, apoyados hombro a hombre, entre risas y dificultades, sin línea editorial más que la palabra VERDAD. Por supuesto que hay más gente, que suma, que aporta que quiere y que a veces no puede. Nosotros tampoco podemos a veces, pero lo hacemos igual, no sólo por amor, por convicción y vocación. LO HACEMOS POR VOS (porque también los hacemos por nosotros, por eso se llama comunicación, porque es común a todos).

Por eso también hoy, Día del Periodista, elijo no celebrar con copas, sino con convicción. Con el compromiso de seguir haciendo lo que hacemos en SDN: buscar la verdad sin venderla, informar sin gritar, pensar sin bajar línea.
Martín Granovsky escribió alguna vez que “el periodismo es una conversación infinita con la realidad, y una pelea constante con el poder”. Yo le agregaría: y una charla íntima con el lector, con el oyente, con la vecina que prende la radio a las 7 y necesita entender qué carajo está pasando en su país.
Así que sí, feliz día… pero decímelo a la noche, cuando haya terminado de grabar, editar, publicar, responder mensajes y escribir esto que estás leyendo. Ahí sí, sentate a mi lado, con un mate o con lo que haya, y brindemos por lo que hacemos. Por lo que no dejamos de hacer.
Gracias por estar del otro lado. Acá seguimos. De pie. Con las chancletas gastadas y el alma intacta.





















