MERCADOS LIBRES, SALARIOS ENCADENADOS. Por Dr. José Daniel Ghiraldo

El 10 de diciembre del 2023, con su investidura, inició el mandato del primer presidente liberal libertario del mundo: Javier Gerardo Milei. Llegó a la presidencia de nuestro país, con la promesa de que el Estado dejaría de inmiscuirse en medio de las relaciones de intercambio de bienes y servicios que los privados llevan adelante cotidianamente. Que combatiría la inflación, llevando adelante un fuerte recorte a “la política”. O “la casta”, como él la denominó, en su renovado discurso de la anti política. Y que quitaría toda influencia del Estado en la vida cotidiana de todos los argentinos, argumentando que éste era el causante de todos los males.

Fue así que, cumpliendo parte de su propuesta electoral, a través del DNU 70/23, disolvió los fideicomisos de alimentos, que el anterior gobierno promovió para regular los precios de la canasta básica. Eliminó programas como “Precios cuidados”, para que los productos de las góndolas, indispensables para la subsistencia y alimentación de los ciudadanos, sean más accesibles. Eliminó el financiamiento para la adquisición de bienes de todo tipo (principalmente prendas, alimentos y electrodomésticos), que los gobiernos kirchneristas llevaron adelante, a través del programa “Ahora 12”. Eliminó los subsidios al transporte y a los servicios públicos. Derogó la Ley de Alquileres que protegía al inquilino y regulaba los precios de los alquileres. También eliminó los mecanismos que tenía el Estado para el control de precios de las prepagas médicas y los medicamentos. Entre otras medidas que fueron impulsadas para brindar una “mayor libertad” al mercado, con la promesa de que éste se regularía solo y de manera más eficiente.

Pero al contrario de lo que propugnaba el presidente, los precios de los bienes y servicios aumentaron y no bajó ninguno. La inflación no se detuvo, sino que se aceleró.

Según datos del INDEC, la inflación acumulada a febrero del 2024 fue del 36,6% (esto sin tener en cuenta la inflación que generaron las políticas que llevó adelante este gobierno desde el 10 de diciembre del 2023)

Esto significa que, en tan sólo dos meses y veinte días de gestión, el gobierno liberal libertario tuvo una inflación mayor a la que tuvo durante todo un año el gobierno “intervencionista” de Cristina Fernández de Kirchner en 2015. Que fue de un 23,9% interanual, según datos de la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (gobernada por el macrismo).

Todas estas medidas, resultaron encarecer gravemente la vida de los trabajadores y trabajadoras, horadando el poder de consumo de sus salarios que obtienen a través de vender su fuerza de trabajo. Instituto de carácter alimentario y única vía a través de la cual tienen acceso a la distribución de los bienes y servicios producidos en nuestra sociedad.

Estas políticas económicas generaron que tanto los alimentos básicos para la subsistencia; como el transporte, utilizado para ir y volver de sus lugares de trabajo; los alquileres de los hogares que habitan con su familia; las prendas con que se visten; las instituciones educativas privadas, donde algunos llevan a sus hijos; las prepagas y los medicamentos a través de los cuales cuidan su salud, resultaron gravemente incrementados por estas medidas económicas de miseria planificada. Todo esto sin tener en cuenta que todavía no ha impactado la quita de los subsidios a la energía, que ya fueron anunciados.

Ante esta situación, los trabajadores y trabajadoras, tienen una sola herramienta para poner en valor su fuerza de trabajo y poder tener acceso a los bienes y servicios que necesitan para subsistir, tener esparcimiento y mejores condiciones de vida: Las paritarias libres.

En la lógica liberal libertaria, estaríamos hablando de una negociación entre partes, para determinar el “precio” en que será abonado este único “bien” que venden los trabajadores en el mercado: su fuerza de trabajo.

Resulta que ya muchos sindicatos se reunieron con las cámaras empresarias para llevar adelante estas negociaciones y muchos llegaron a un acuerdo paritario. Donde gremios como Camioneros y su respectiva cámara empresaria, llegaron a un acuerdo por mejoras de un 33,5%.

Lo llamativo, es que, contrariamente a su lógica desreguladora del mercado, de no intromisión estatal, el gobierno liberal libertario, a través de su ministro Caputo, anunció que se negarán a homologar acuerdos por arriba del dato de la última cifra de inflación mensual (en marzo, según el INDEC fue de 12,2%). Ya que, según este ministro, aquello generaría mayores niveles de “inflación”. Imponiendo así, un tope de hecho a las paritarias.

Pareciera entonces que para este gobierno desregular el mercado de precios de los bienes y servicios en general, no generaría inflación. Pero, en cambio, que los trabajadores y empleadores negocien libremente el valor de los salarios, sí. El único “mercado” entonces que el gobierno interviene en perjuicio manifiesto de una de las partes, la trabajadora, es aquel donde éstos venden su fuerza de trabajo.

Es así, que esta “libertad de mercado” selectiva sólo está perjudicando a una sola clase: a los que trabajan y viven de su fuerza de trabajo.

Esto forma parte de una concepción de quienes hoy dirigen los destinos de nuestro país, respecto al lugar que deben ocupar los trabajadores y trabajadoras. Que nada tiene que ver con teorías económicas, sino con una concepción meramente ideológica y de clase.

Recordamos cómo durante el gobierno de Mauricio Macri, en diciembre del 2017, el por aquel entonces presidente del BCRA expresaba que “Le hicieron creer a un empleado medio que podía comprarse celulares e irse al exterior” (Dixit). Bueno, parece que ahora, en los hechos, Milei y Caputo afirmaran que “le hicieron creer a un empleado medio que podía comprarse un kilo de papas y pagar el colectivo”.

Dr. José Daniel Ghiraldo, Abogado laboral

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