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Portugal se acerca a los halcones de Europa con una ley para agilizar la expulsión de extranjeros sin papeles
El Gobierno conservador propone que los tiempos de detención máxima en los centros de internamiento de inmigrantes se amplíen de 2 a 18 meses

Portugal culminará en breve el viraje brusco de su política migratoria, la primera gran reforma emprendida por el primer ministro, el conservador Luís Montenegro, desde que llegó al poder en 2024 al frente de la coalición AD. En tiempo récord, su Gobierno ha logrado que el Parlamento, dominado en un 70% por fuerzas a la derecha, haya dado luz verde a dos nuevas leyes (inmigración y nacionalidad) que restringen tanto la entrada de extranjeros como la obtención de la ciudadanía, aunque esta segunda está siendo examinada por el Tribunal Constitucional a petición de la oposición socialista, que tiene dudas sobre su encaje en la ley fundamental. Faltaba un tercer pilar y, desde este viernes, está en consulta pública antes de llegar a la Asamblea de la República para su votación: la ley que regula la devolución de los inmigrantes irregulares.




















