Las elecciones en Guatemala, incertidumbre, segunda vuelta y perspectivas

Agosto de 2023 – Bruno Lima Rocha (@blimarocha)

Observación inicial tras cuestionar los resultados de la 1ra vuelta en Guatemala

Al igual que en las últimas elecciones presidenciales peruanas, la primera vuelta en Guatemala tiene un futuro incierto. Varias “Juntas Electorales”, el equivalente de los TRE brasileños (Tribunales Electorales Regionales Electorales) están aceptando solicitudes de recuentos y recuentos dobles. Considerando el voto impreso, esta maniobra es un lugar común, más aún cuando las fuerzas más conservadoras pierden significativamente y las encuestas electorales no se corresponden con el resultado de las urnas. En principio, la segunda vuelta presidencial prevista para el 20 de agosto está fijada, pero no garantizada. Como casi siempre ocurre en América Latina, cualquier cosa puede pasar, incluida la permanencia de los números y resultados que se describen a continuación. Por lo tanto, sugiero leerlo como un relato de la historia reciente, considerando que el campo está abierto y puede haber un punto de inflexión y convulsión social en el país más grande de Centroamérica.

Las elecciones de primera vuelta, antes del recuento

El país más grande de Centroamérica atraviesa una constante crisis política y falta de representatividad desde los acuerdos de paz firmados entre la insurgencia y el aparato estatal en 1994. La vida y las condiciones de vida son frágiles en un país que, contradictoriamente, tiene buenas perspectivas de crecimiento. . Estos factores y una intensa campaña de desinformación entraron en juego en la primera vuelta guatemalteca y cobraron aún más fuerza en la segunda vuelta.

Los guatemaltecos acudieron a las urnas el domingo 25 de junio para elegir nuevo presidente, vicepresidente, 160 diputados al Congreso, 20 al Parlamento Centroamericano y 340 alcaldes municipales para el periodo 2024-2028. Alrededor de 9,3 millones de ciudadanos emitieron sus votos para elegir a las autoridades que los representarán en los próximos años. La población del país es de más de 16 millones y 900 mil personas. El número total de electores entre la población en condiciones de votar entre los habilitados fue del 60,08%. El número de votos en blanco fue de 388.347 y el nulo de 966.216.

La segunda vuelta de las elecciones presidenciales tendrá lugar el domingo 20 de agosto. La candidata de la UNE ya se postuló a la presidencia en 2015 y 2019, perdiendo en la segunda vuelta en ambas ocasiones, primero ante Jimmy Morales (FCN-Nación) y después para Alejandro Giammattei, respectivamente. Ella representa la continuidad de la oligarquía, recibió la mayor cantidad de votos válidos, sin llegar siquiera al 20% del electorado.

Lo nuevo es que puede convertirse en la primera mujer presidenta del país cuyo territorio es el corazón del llamado Mundo Maya. Vale recordar que el expresidente y comediante Jimmy Morales fue aliado estratégico de Netanyahu y del Apartheid sionista y promovió el cambio de la embajada guatemalteca de Tel Aviv (en los Territorios Ocupados de 1948) a Al Quds (Jerusalén, ciudad ocupada en Naksa, en 1967).

Bernardo Arévalo quedó en segundo lugar, sorprendiendo con la votación que lo hizo pasar a la segunda vuelta. Candidato de perfil socialdemócrata, ya sufre una campaña de desprestigio con su competidor acusándolo de “querer transformar a Guatemala en una Venezuela”.

Es el candidato del Partido Movimiento Semilla (Semilla), que obtuvo el 12,2% de los votos. En tercer lugar, y muy por detrás de Arévalo de León, se encuentra Manuel Conde, del partido oficialista Vamos, con el 7,8 por ciento de los votos.

El “Movimiento Semilla” es la tercera fuerza política del país, tanto en las elecciones generales y en el importante municipio de Ciudad de Guatemala, como en el Parlamento Centroamericano. Fundado en julio de 2017, comenzó como un grupo de análisis político y está algo influenciado por las carreras del Ministerio Público y el problema permanente de la corrupción estructural en los países latinoamericanos.

Los grandes perdedores fueron los institutos de investigación y encuestas electorales y los medios que los respaldaron. Las expectativas de los vaticinios en las urnas fallaron, que indicaban que en segundo lugar quedaría el candidato de CABAL, Edmond Mulet, y en tercer lugar el candidato de la coalición unionista Valor Zury Ríos. Evidentemente, podemos concluir que hubo un evidente bloqueo mediático al partido de centroizquierda ya su candidato.

Los votos nulos tuvieron una alta tasa en la primera vuelta, revelando la incredulidad de la masa del electorado. Fue la opción preferida de los guatemaltecos que acudieron a las urnas, que con un 17,4% incluso superó los resultados de Sandra Torres, quien obtuvo casi el 16% de los votos.

La composición mayoritaria del parlamento de Guatemala

En el Congreso de la República, la composición fue así. El partido oficialista, Vamos (actual presidente Alejandro Giammattei), será la principal fuerza en el Congreso tras ganar 39 diputados.

La segunda fuerza será la Unidad Nacional Esperanza (UNE, dirigida por la candidata Sandra Torres) con 28 diputados, seguida por el Movimiento Semilla, que ocupará 23 curules, encabezado por Bernardo Arévalo. Estos partidos son seguidos por el partido Cabal con 18 diputados y Visão com Valores (Viva) con 11.

Hay que notar que los resultados de la centro-izquierda están siendo contestados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), junto con las elecciones municipales igualmente bajo un alto grado de inseguridad institucional. Importante resaltar que la crisis interna del país son fructo de una Operación de Lawfare en andamiento del país.

La bancada unipersonal para el periodo 2024-2028 será la coalición URNG-Winaq y Cambio, ya que en Chiquimula ganó la diputación el exalcalde Esduin Javier, conocido como 3Kiebres. Es importante señalar que esa es la herencia política del ex frente guerrillero de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). Creado en 1982 como un acuerdo cuatripartito en forma de organizaciones político-militares y guerrillas, llevó la guerra popular a los acuerdos de marzo de 1994. La insurgencia es una respuesta al golpe que la CIA armó en junio de 1954 contra el gobierno electo del General Socialdemócrata Jacobo Arbenz.

Vale la pena señalar que esta lista aún debe considerarse preliminar hasta que las autoridades electorales hagan las nominaciones oficiales. Hasta la graduación, es probable que algunas candidaturas sean impugnadas, dependiendo de si las mesas electorales son válidas o no.

El país guatemalteco, aún con todos los problemas y la falta de representatividad en el período posinsurgente, tiene buenas perspectivas de crecimiento económico.

El país tiene una economía en crecimiento

Datos económicos de Guatemala según el índice de complejidad económica de la Universidad de Harvard (https://atlas.cid.harvard.edu/countries/93) indican en términos generales se esperan años continuos de crecimiento hasta el 2030 aumentando las posibilidades de inversión en el país centroamericano.

“Según el ECI (Índice de Complejidad Económica) de Guatemala ese es un país de ingreso medio-alto, clasificado como la 75 economía más rica per cápita de 133 estudiados. Sus 16,9 millones de habitantes tienen un PBI per cápita de $4603 ($8853 PPA; 2020). El crecimiento del PBI per cápita promedió 0,7% en los últimos cinco años, por encima de los promedios regionales. Las proyecciones de crecimiento de Growth Lab para 2030 predicen que Guatemala crecerá a un 3,5% anual durante la próxima década, ubicándose en la mitad superior de los países a nivel mundial».

Según el Banco de Guatemala, la reactivación económica se debió a la confianza de los empresarios y al consumo de la población, para iniciar actividades de manera casi normal, en el primer trimestre de 2021 la economía creció 4.5%, y en el segundo, 1%. La estructura del mercado laboral en Guatemala es 70% informal y 30% formal. Es decir, siete de cada 10 personas están empleadas en el sector informal, y tres en el sector formal, que cuentan con cobertura social.

Según el Banco Mundial, la crisis del COVID-19 ha elevado la incidencia de la pobreza al 59% en 2020. El aumento hubiera sido mayor si no hubiera sido por la rápida respuesta del gobierno ampliando la red de seguridad social para mitigar las consecuencias sociales y economía de la pandemia. Se espera que la pobreza caiga al 55,2 % en 2023 y al 54,2 % en 2024, mientras que la desigualdad seguirá siendo elevada.

La tasa de desnutrición de los niños menores de cinco años en Guatemala (47%) se encuentra entre las diez más altas del mundo. A pesar de los esfuerzos recientes del gobierno para priorizar las intervenciones en la primera infancia, la tasa de retraso en el crecimiento sigue siendo particularmente alta y podría empeorar en un contexto de inseguridad alimentaria y precios elevados de los alimentos.

Apuntamentos finales

Guatemala es la economía más grande de Centroamérica -superando a Panamá, incluso con los dividendos del Canal Interoceánico- y está cerca de los mercados consumidores de México, Estados Unidos y Canadá. Así, todos y cada uno de los proyectos productivos son muy bien recibidos en el país, a pesar de la presencia de redes neopentecostales con vínculos directos con el sionismo. El catolicismo en Guatemala tiene una tradición de teología de la liberación, muy vinculada a las luchas populares y reivindicaciones campesinas. El evangelicalismo (y especialmente el neopentecostalismo) es más regresivo, pro-occidental y solidario con Israel.

Las agencias de cooperación de Japón, Taiwán y el Apartheid Sionista son una constante en la pobreza urbana de este país. La cooperación de la Unión Europea es más frecuente en la transformación económica de las zonas rurales -antiguos territorios de los frentes guerrilleros- ampliando la vocación por el agroturismo.

Se percibe que aunque la socialdemocracia salga victoriosa en Guatemala, seguirá el desprestigio institucional y la percepción de que el país vive bajo la tutela de EE.UU. y potencias externas. No hay proyecto de nación después de la “pacificación” entre la represión y la URNG y para eso el desafío va mucho más allá de la presencia de una nueva fuerza política en los poderes fácticos de Guatemala.

En lo que respecta específicamente a la posible segunda vuelta electoral del 20 de agosto, la situación es absolutamente imposible y la disputa se desarrolla dentro del aparato estatal. El candidato del Movimiento Semilla puede ser elegido presidente o ver arrestados a todos sus partidarios sin una acusación materialmente probada.